sábado, 8 de enero de 2011

Hábitos alimentarios

http://www.nutrición.org/El consumo de alimentos está regulado en el hombre por muchos factores aparte de los nutricionales que, en conjunto determinan su elección y, por tanto, los hábitos alimentarios. Existen numerosos objetivos para los que es necesario conocer el consumo de alimentos, sus tendencias y las variables de todo tipo que los afectan.
De entre todos, interesa especialmente el estudio de la relación dieta/salud ya que los modelos nutricionales están fuertemente asociados a las tasas de morbilidad y mortalidad. Por tanto, el conocimiento de los hábitos alimentarios es de gran importancia para la identificación de grupos de población de alto riesgo respecto al desarrollo de enfermedades en cuya etiología aparecen factores dietéticos. El objetivo principal debe ser la prevención de carencias y de enfermedades crónicas degenerativas. La cantidad y calidad de los nutrientes consumidos (proteínas, lípidos, hidratos de carbono, minerales y vitaminas), así como la de los alimentos que los vehiculizan, contribuyen a un buen estado de salud cuando son los adecuados.


El factor más importante que determina la elección y el consumo de un alimento es su disponibilidad; sin embargo, la gente no come todos los alimentos que tiene a su alcance, por lo que la disponibilidad es una condición necesaria pero no suficiente. Según algunos estudios, factores como edad, sexo, posición socioeconómica, raza, religión, factores históricos, físicos, culturales, demográficos, fisiológicos, etc, tienen influencia en el tipo y cantidad de los alimentos consumidos.


Una de las principales repercusiones de los nuevos estilos de vida es la reducción del consumo de alimentos y de energía, especialmente a costa de los alimentos que suministran hidratos de carbono complejos: cereales y patatas. Estos cambios conllevan la disminución de las ingestas de micronutrientes y, por tanto, han afectado, presumiblemente, al estado nutricional.
Con el consumo de dietas bajas en energía las ingestas de la mayoría de los nutrientes disminuye. Gran parte de estas ingestas son mucho menores que las ingestas recomendadas para un contenido de energía por debajo de 2.000 Kcal, cifra a partir de la cual aparece una regresión lineal en cuanto al aporte de la mayoría de los nutrientes.
Por tanto, la cantidad de alimentos necesarios para hacer frente a las recomendaciones de estos nutrientes puede ser mucho más alta de lo que se están actualmente consumiendo por grandes grupos de población.
En estos grupos estarían incluidos los que desarrollan muy baja actividad física por cualquier razón, como ancianos, personas con tipos de trabajo sedentario, televidentes habituales, discapacitados, escolares con hábitos de juegos sedentarios, como videojuegos, consolas, etc. Por tanto, los grupos de varones y mujeres que están consumiendo comidas con un contenido muy bajo en energía están expuestos a tener un mal estado nutricional (adelgazantes, anoréxicas, gimnastas...).


La valoración del estado nutricional de un individuo o grupo de población debe hacerse desde varias perspectivas siendo los estudios dietéticos los que permiten, en una primera aproximación, diagnosticar los desajustes entre la ingesta de energía y nutrientes y sus recomendaciones. Cualquier desviación, por exceso o por defecto, puede dar lugar a situaciones poco satisfactorias que posteriormente deberán ser confirmadas a nivel individual con otro tipo de valoraciones.


En los países desarrollados tienen mucha importancia y son ya clásicas las pruebas del estado nutritivo encaminadas a conocer, sobre todo, el exceso, los altos consumos de calorías y de algunos nutrientes, principalmente grasa, que se relacionan como factor de riesgo con las enfermedades degenerativas: cardiovasculares, obesidad, diabetes, etc. Pero en la actualidad tienen cada vez más interés, por existir una alta prevalencia e incidencia de ellas, las deficiencias nutritivas no ocasionadas por falta de alimentos, sino ligadas a nuestras formas de vida y que se originan por:
     - Consumo de "calorías vacías" y alimentos refinados.
     - Dietas de adelgazamiento.
     - Problemas específicos de las personas de edad avanzada.
     - Poca variación de la dieta.
     - Interacciones nutrientes/fármacos.
     - Alcoholismo, drogadicción, anorexia nerviosa y bulimia.
     - Recalentamiento de los alimentos en las cocinas de comedores colectivos.
     - Desnutriciones en los hospitales.

alimentación saludabe

Salud, enfermedad y determinantes de la salud

La salud en un concepto relativo, multidimensional y cambiante, lo mismo que el de enfermedad. Hasta no hace mucho tiempo la salud era considerada, en sentido negativo, como la simple ausencia de enfermedad.
La OMS en su Constitución de 1946, dio un giro positivo a esta creencia definiéndola como : Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad.
Ante las diversas críticas de muchos autores la misma OMS matizó esta definición en 1978 diciendo que : La salud es el perfecto estado de bienestar físico, mental y social y la posibilidad para cualquier persona de aprovechar y desarrollar todas sus capacidades en el orden intelectual, cultural y espiritual.


La enfermedad es considerada actualmente, como el producto de numerosas causas, e inevitablemente vinculada al entorno social y ambiental entre otros muchos. Cada vez se tiende más a valorar la importancia de la enfermedad como un problema social y no solo individual.


La salud, al igual que la enfermedad, no son fenómenos que estén determinados por un único factor biológico. Ningún problema de salud tiene una sola causa. El nivel de salud del ser humano está determinado por la intervención de varios factores endógenos y exógenos que actúan sobre él con distintos grados de intensidad y durante periodos variables de tiempo. Estos factores son los determinantes de la salud.
Utilizando el modelo de Lalonde, el nivel de salud viene determinado por la interacción de cuatro variables:
La biología.
El medio ambiente físico y sociocultural.
El estilo de vida.
El sistema sanitario.


El estilo de vida tiene que ver con la cultura, con el empleo, la edad, el sexo, la educación, la alimentación, el ejercicio físico, la actitud ante la vida, las adicciones, el nivel de ingresos, la clase social, la influencia familiar...Es el grupo de factores que tienen mayor influencia en el nivel de salud de la población.


Nuestro objetivo como educadores para la salud, es la calidad de vida.
Cada individuo tiene una apreciación subjetiva de lo que para él representa este concepto. Puede tener distintos significados dependiendo del entorno en el que viven las personas, sus condicionantes y sus expectativas de vida, pero, en esencia, para cualquier persona de nuestro medio, calidad de vida es poder vivir como ella quiere y desee, es decir, con autonomía y rodeada de los suyos, teniendo satisfechas unas necesidades básicas. A partir de ahí la calidad de vida va a depender de la subjetividad de cada cual.
La calidad de vida está íntimamente ligada a la salud, sobre todo a la salud perdida.


En este blog nos centraremos en la formación de buenos hábitos alimentarios com instrumento excelente para prevenir las enfermedades y promover la salud en la población.

Salud pública

Vivimos en una época priviligiada, de grandes y ràpidos cambios. Las cosas ocurren a gran velocidad con la inmediatez del presente, en el día a día, sin esperar al futuro. Las nuevas tecnologías nos permiten estar cada vez más interrelacionados y las comunicaciones se suceden de forma instantánea a través de Internet, la telefonia móvil, la televisión... Las fronteras se abren a la inmigración y al cruce cultural, al comercio...

El mundo es cada vez más pequeño y, sin embargo, la pobreza y las desigualdades continúan existiendo.
Aparecen nuevas enfermedades que reemplazan a las clásicas ya erradicadas. Se expanden la pandemia del sida y las toxiinfecciones alimentarias. La población envejece y aumentan las discapacidades y enfermedades devastadoras como el Alzheimer y el cáncer. Nos amenazan nuevos riesgos laborales, incluidos la inseguridad y el desempleo.

Surge con fuerza el problema de las drogodependencias y el alcoholismo, los accidentes de tráfico, la anorexia y la bulimia, productos de la cultura del cuerpo. Crecen los embarazos de adolescentes, los incendios forestales, la contaminación ambbiental, la obesidad, las alergias y las enfermedades cardiopulmonares.

Hoy, más que nunca, la salud pública se basa en la educación y en la solidaridad de las personas.

martes, 4 de enero de 2011

Bienvenidos

Hola a todos, este es el primer comentario del blog educación para la salud. Gracias por participar. Un saludo