La salud en un concepto relativo, multidimensional y cambiante, lo mismo que el de enfermedad. Hasta no hace mucho tiempo la salud era considerada, en sentido negativo, como la simple ausencia de enfermedad.
La OMS en su Constitución de 1946, dio un giro positivo a esta creencia definiéndola como : Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad.
Ante las diversas críticas de muchos autores la misma OMS matizó esta definición en 1978 diciendo que : La salud es el perfecto estado de bienestar físico, mental y social y la posibilidad para cualquier persona de aprovechar y desarrollar todas sus capacidades en el orden intelectual, cultural y espiritual.
La enfermedad es considerada actualmente, como el producto de numerosas causas, e inevitablemente vinculada al entorno social y ambiental entre otros muchos. Cada vez se tiende más a valorar la importancia de la enfermedad como un problema social y no solo individual.
La salud, al igual que la enfermedad, no son fenómenos que estén determinados por un único factor biológico. Ningún problema de salud tiene una sola causa. El nivel de salud del ser humano está determinado por la intervención de varios factores endógenos y exógenos que actúan sobre él con distintos grados de intensidad y durante periodos variables de tiempo. Estos factores son los determinantes de la salud.
Utilizando el modelo de Lalonde, el nivel de salud viene determinado por la interacción de cuatro variables:
La biología.
El medio ambiente físico y sociocultural.
El estilo de vida.
El sistema sanitario.
El estilo de vida tiene que ver con la cultura, con el empleo, la edad, el sexo, la educación, la alimentación, el ejercicio físico, la actitud ante la vida, las adicciones, el nivel de ingresos, la clase social, la influencia familiar...Es el grupo de factores que tienen mayor influencia en el nivel de salud de la población.
Nuestro objetivo como educadores para la salud, es la calidad de vida.
Cada individuo tiene una apreciación subjetiva de lo que para él representa este concepto. Puede tener distintos significados dependiendo del entorno en el que viven las personas, sus condicionantes y sus expectativas de vida, pero, en esencia, para cualquier persona de nuestro medio, calidad de vida es poder vivir como ella quiere y desee, es decir, con autonomía y rodeada de los suyos, teniendo satisfechas unas necesidades básicas. A partir de ahí la calidad de vida va a depender de la subjetividad de cada cual.
La calidad de vida está íntimamente ligada a la salud, sobre todo a la salud perdida.
En este blog nos centraremos en la formación de buenos hábitos alimentarios com instrumento excelente para prevenir las enfermedades y promover la salud en la población.
sábado, 8 de enero de 2011
Salud pública
Vivimos en una época priviligiada, de grandes y ràpidos cambios. Las cosas ocurren a gran velocidad con la inmediatez del presente, en el día a día, sin esperar al futuro. Las nuevas tecnologías nos permiten estar cada vez más interrelacionados y las comunicaciones se suceden de forma instantánea a través de Internet, la telefonia móvil, la televisión... Las fronteras se abren a la inmigración y al cruce cultural, al comercio...
El mundo es cada vez más pequeño y, sin embargo, la pobreza y las desigualdades continúan existiendo.
Aparecen nuevas enfermedades que reemplazan a las clásicas ya erradicadas. Se expanden la pandemia del sida y las toxiinfecciones alimentarias. La población envejece y aumentan las discapacidades y enfermedades devastadoras como el Alzheimer y el cáncer. Nos amenazan nuevos riesgos laborales, incluidos la inseguridad y el desempleo.
Surge con fuerza el problema de las drogodependencias y el alcoholismo, los accidentes de tráfico, la anorexia y la bulimia, productos de la cultura del cuerpo. Crecen los embarazos de adolescentes, los incendios forestales, la contaminación ambbiental, la obesidad, las alergias y las enfermedades cardiopulmonares.
Hoy, más que nunca, la salud pública se basa en la educación y en la solidaridad de las personas.
El mundo es cada vez más pequeño y, sin embargo, la pobreza y las desigualdades continúan existiendo.
Aparecen nuevas enfermedades que reemplazan a las clásicas ya erradicadas. Se expanden la pandemia del sida y las toxiinfecciones alimentarias. La población envejece y aumentan las discapacidades y enfermedades devastadoras como el Alzheimer y el cáncer. Nos amenazan nuevos riesgos laborales, incluidos la inseguridad y el desempleo.
Surge con fuerza el problema de las drogodependencias y el alcoholismo, los accidentes de tráfico, la anorexia y la bulimia, productos de la cultura del cuerpo. Crecen los embarazos de adolescentes, los incendios forestales, la contaminación ambbiental, la obesidad, las alergias y las enfermedades cardiopulmonares.
Hoy, más que nunca, la salud pública se basa en la educación y en la solidaridad de las personas.
martes, 4 de enero de 2011
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